Este sábado, 19 de octubre, se celebra el Día Internacional Contra el Cáncer de Mama…
Olga del Río: el testimonio de una paciente con cáncer de mama
Hace algunas semanas tuve la suerte de participar por cuarto año consecutivo en la campaña que Ausonia organiza para recaudar fondos e invertirlos en la lucha contra el cáncer de mama. Como ya sabéis l@s que me seguís desde hace tiempo, cuando se acerca el 19 de octubre (Día Internacional contra el cáncer de mama), Ausonia organiza una sesión de fotos con celebrities y otra con bloggers en las que el mítico pañuelo rosa es el gran protagonista.
En esta ocasión, la sesión contó también con otra protagonista: Olga del Río, una de las muchas mujeres que ha tenido que plantarle cara a esta durísima enfermedad. Me encantó conocerla y descubrir esta realidad que afecta a tantas mujeres a través de su experiencia. Tendemos a hacernos a la idea de lo que pasan estas mujeres y pocas veces nos detenemos a escucharlas para averiguar lo que realmente pasa por su cabeza y cómo afrontan esta difícil situación.
En el siguiente post del blog os cuento con detalle la iniciativa de Ausonia y lo mucho que significó para mí, pero antes quiero compartir con vosotr@s mi conversación con Olga. Creo que es una manera simbólica de ponerse en la piel de alguien que padece la enfermedad y probablemente nos ayude a entender mejor a las pacientes y a saber un poco mejor cómo acompañarlas en este trance.
Le estoy tremendamente agradecida a Olga por este ejercicio de generosidad. No tuvo que ser nada fácil hablar del tema con tanta sinceridad. Estoy segura que nuestra conversación removió un montón de recuerdos difíciles en su interior. Sin embargo, fue encantadora y abordó el tema sin tapujos, ayudándome a comprender un poco mejor las dificultades a las que se enfrentan a diario las pacientes y la gran cantidad de obstáculos que tienen que sortear para ganarle la batalla física y psicológica al cáncer de mama.
Me encantó conocerla; es una mujer con unos ojos preciosos, una mirada transparente y una energía maravillosa. Pero aún me gustó más charlar un poco con ella y que me contara cómo había vivido esta realidad:
Olga, ¿cómo se afronta un mazazo así?
Ufff, sigo afrontándolo cada día. Digamos que desde que te confirman el diagnóstico, el miedo se instala en tu vida. Al principio sientes pánico, terror por morir, por no poder ver crecer a tu hija… Mi único pensamiento es “aún me necesita”. Y ese miedo no desaparece nunca; siempre convives con él, con el temor de que pueda volver “el bicho”. Las prioridades cambian y las emociones se convierten en una montaña rusa.
¿Viviste el proceso con optimismo?
Creo que en el tema del cáncer se trata de vender demasiado el optimismo a veces y el exceso de optimismo no nos hace bien. No quiero resultar dramática, pero hay momentos en los que no hay lugar para el optimismo. Cuando sufres esta enfermedad, te enfrentas a momentos muy duros: los tratamientos son muy agresivos, las secuelas y los daños colaterales están ahí… Tienes todo el derecho del mundo a sentirte mal, triste, débil, cansada, a tener miedo… No tienes la culpa de que te toque vivir esta enfermedad y ganar la batalla no depende del humor de los pacientes. Está claro que la alegría te ayuda a llevar mejor la enfermedad, pero no nos cura. Lo que nos cura son los tratamientos. De ahí la importancia de la investigación; cuantos más avances, más tratamientos y, por tanto, más posibilidades de vencer la enfermedad.
Más que de optimismo, a mí me gusta hablar de aceptación. Llegar a aceptar tu realidad es lo mejor que te puede pasar. Aceptar tu enfermedad, las consecuencias y el miedo te ayuda a entender la montaña rusa de sentimientos, a mirarte en el espejo y asumir tu cicatriz donde antes había un pecho. Aceptar te ayuda incluso a hacer alguna broma negra sobre “el bicho”. Aceptar te devuelve la sonrisa y te ayuda a ver que aún queda vida por delante, no sabes cuánta, pero esto también llegas a aceptarlo.
¿Cómo podemos ayudaros los que estamos a vuestro lado?
Yo creo que con menos palabras vacías y más gestos cómplices de amor o amistad verdaderos. Cuando tienes el terror metido en los huesos, cuando estás pasando los efectos secundarios de la quimio, cuando te achicharran la piel con la radio… duele en el alma escuchar frases como: “Venga, ánimo, lo tienes ganado”; “Esto se supera con valor y fuerza”; “Es el mejor cáncer que te ha podido tocar”; “¿Qué más da una teta? Lo importante es vivir”; “si te alimentas bien, ganas esta batalla”; “No puedes venirte abajo”, etc. Nos ayuda mucho más una mirada cariñosa, un abrazo sincero, un apretón de manos, un beso cargado de ternura…
¿Qué consejos le darías a una mujer a la que le acaban de diagnosticar un cáncer de mama?
Cada caso es diferente y es difícil dar consejos, pero creo que es importante pedir ayuda psicológica. Nosotras no podemos con todo y no debemos pensar que podemos con todo. No es una obligación ser fuerte y estar siempre sonriente. Hay que aceptar la situación, aprender a vivir el día a día y asumir que hay que convivir con momentos malos, que son muchos. Para conseguirlo es necesario contar con ayuda profesional.
¿Has salido reforzada de esta experiencia?
Bueno intento aprender a tomarme la vida de otra manera, restar importancia a muchas cosas que no lo son y disfrutar de los pequeños placeres. ¿Reforzada? Creo que no. Volvería con los ojos cerrados a mi vida anterior, con todo el estrés y los agobios del mundo, pero sin el miedo constante a que el bicho vuelva otra vez. Cuando te das cuenta de que las tragedias también te pueden tocar a ti, se abre un abanico gigante de miedos y luchar contra ellos es agotador.
¿Te ha gustado participar en la campaña de Ausonia?
A pesar de que creo que esto del cáncer no tiene nada de rosa, acepté encantada porque me pareció una iniciativa muy necesaria. Creo que cada céntimo que se dona suma y la AECC ha significado mucho para mí. La verdad es que ha sido una experiencia muy bonita y me han hecho sentirme guapa, algo que hacía mucho tiempo que no sentía. Además, me ha hecho mucha ilusión conocer a Marta Sánchez y Ana Guerra y me lo he pasado muy bien con vosotras, las bloggers lifestyle.
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