Delicioso homenaje culinario en LA SOPA BOBA
gastronómicas de lujo a precios de risa en la sierra noroeste de Madrid
me he saltado la dieta de Adelgar… Eso sí, la ocasión bien lo merecía. Hace
unos días me propusieron ir a cenar a La
Sopa Boba y no pude rechazar semejante invitación. ¿Conocéis este
restaurante? Yo lo conocí hace bastante tiempo, pero hace un año y medio lo
cambiaron de ubicación y de estética y me moría de ganas por volver a pasarme
para comprobar en persona las novedades y, cómo no, para disfrutar de su
suculenta cocina, compuesta por platos originales, elaborados con una materia
prima de primera calidad y una presentación fantástica.
Pues
bien, mi cita gastronómica fue mejor aún de lo que me esperaba. El nuevo establecimiento
está ubicado en la localidad madrileña de Alpedrete y yo me atrevería a decir
que es uno de los mejores de la sierra norte de Madrid. Además de estar
decorado con mucho gusto por el interiorista Miguel Pardo Montero, quien ha
conseguido crear un espacio moderno y muy acogedor, la carta es realmente
asombrosa. Su chef, Fernando Limón, elabora una interminable carta de “pecados
culinarios” capaces de trasladar al comensal al mismísimo Edén. En serio… Un
bocado a cualquiera de sus creaciones es una auténtica delicia. Me considero
fan incondicional de este maestro de los fogones y estoy convencida de que su
nombre dará mucho (y muy bien) de qué hablar en el futuro.
verdad es que resulta muy difícil poner palabras a esta exquisita experiencia
culinaria. Lo mejor es vivirla personalmente con los cinco sentidos para poder
hacerse una idea real de lo que voy a contaros. Gusto, olfato, vista, tacto y
oído se alían para disfrutar de unos manjares preparados con mimo y con mucho
gusto. Los sabores, las texturas, los aromas e incluso los sonidos de cada
plato se funden y se transforman en verdaderas experiencias gastronómicas.
que os hagáis una idea os voy a hacer un repaso por el suculento menú
degustación con el que Fernando Limón nos sorprendió. Como podéis apreciar en
las imágenes, la presentación es impecable, pero os aseguro que los sabores son
aún mejores. Espero no daros demasiada envidia:
gelatina de soja, gelatina de aceite de oliva con manzana, sésamo de wasabi y
brotes frescos
y romero
ramallo de mar, con brotes de soja, setas enoki y salsa de tamarindo
langostinos salteados, mango y coco
frito a la japonesa con camote «parecido a la batata» y salsa kimuchi
casera «salsa de chilis coreanos dulces y picantes con fruta y
genjibre»)
casera, hielo de tónica con hoja de lima, enebro y te de frutos rojos
pensando en repetir cuanto antes. Desde luego, recomiendo a tod@s cuantos leáis
estas líneas que os dejéis caer por allí para conocerlo y disfrutar de una
velada inolvidable. Me parece una opción ideal tanto para comer o cenar con
amigos, como para organizar un evento familiar y, cómo no, para sorprender a tu
pareja con una cita romántica. No os defraudará.
los precios de su carta no son nada disparatados. Podréis disfrutar de un menú
de auténtico lujo por un precio medio por persona es de 25 €.
podéis dejar de visitar este establecimiento. Insisto que la experiencia es
increíblemente deliciosa.
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