La noche es fundamental para nuestra piel. Ese es el momento en el que se…
Cómo reparar tu piel después de los excesos
En Navidad lo hacemos todo a lo grande. Es una época del año en la que los excesos están a la orden del día. Comemos y bebemos más de la cuenta, dormimos poco y nos entregamos al disfrute. Y, claro, eso tiene consecuencias. Cuando volvemos a la normalidad, la báscula suele reflejar unos cuantos kilos más y nuestra piel está un poco “estresada”. Sí, el cutis se deshidrata, apagándose y perdiendo su frescura.
En cuanto terminan las fiestas, es necesario que someterse a una cura beauty para devolverle al rostro todo su resplandor. ¿Por dónde empezamos? Estos pasos son fundamentales para conseguirlo:
Limpiar. La limpieza es el primer paso de cualquier rutina de belleza. Destina unos minutos a tu higiene facial todos los días, por la mañana y por la noche. Es fundamental que tu cutis esté libre de impurezas para que esté receptivo a cualquier tratamiento que te apliques a continuación. Para conseguirlo puedes utilizar cosméticos limpiadores y productos nuskin adecuados para tu tipo de piel.
Hidratar. Una vez que la piel está limpia, llega el momento de hidratar. Escoge una crema que se adapte a las necesidades de tu piel y aplícatela después de tu higiene facial diaria. Lo ideal es que escojas una para el día y otra para la noche. Ten en cuenta que las células se regeneran por la noche mientras duermes y conviene que le aportes una ayuda extra para que se despierte descansada y bonita.
Exfoliar. Limpiar la piel a diario es fundamental, pero no suficiente. Una vez a la semana o cada quince días debes recurrir a una exfoliación para retirar las células muertas que se van acumulando en tu piel. De esta forma, limpiarás tus poros, que estarán más receptivos a los principios activos que apliques a continuación.
Multimasking. Otro hábito bueno para tu piel es utilizar mascarillas una vez a la semana. Observa tu piel y detecta tus necesidades. Si tu cutis está apagado, recurre a una mascarilla revitalizante a base de vitamina C y antioxidantes que te aporte luminosidad. Si lo notas tenso, utiliza una nutritiva para aportar jugosidad y textura. Si lo que te preocupan son las arrugas, aplícate una con propiedades antiaging.
Buena alimentación. Toca depurarse. Y no por una cuestión de peso, sino también para detoxificar tu cutis. Procura incluir más vegetales a tu dieta. Las frutas y las verduras son una extraordinaria fuente de vitaminas, minerales y fibra, grandes aliados para mejorar la calidad de tu piel.
Bebe mucha agua. No olvides tomar entre un litro y medio o dos de agua. No basta con aplicar cremas hidratantes para que la piel tenga los niveles óptimos de hidratación. También hay que hidratarse por dentro. Beber agua limpia el organismo, ayuda a reponer líquidos y conserva la flexibilidad de la piel.
¿A qué esperas para poner estos tips en práctica? ¡Ponte manos a la obra!