Me encanta cuidar mi piel y no paro de investigar para conocer cosméticos que sean…
Así fue mi tratamiento de rejuvenecimiento facial en Clínica Menorca
Una o dos veces al año me gusta ponerme en manos del Dr. Ángel Martín, director de Clínica Menorca, para mejorar un poco mi aspecto. Me encanta cómo trabaja este gran profesional porque en sus protocolos de rejuvenecimiento facial busca reducir arrugas y devolver al rostro los volúmenes perdidos, pero siempre respetando la naturalidad del rostro. Creo que en esto de la estética cada uno debe hacer lo que quiera (estaría bueno…), pero personalmente me gustan los rostros que tienen vida y movimiento. A mi juicio, no se trata de quitar todas las arrugas (¡Incluso los niños tienen arrugas cuando se ríen y gesticulan!), sino de atenuar las más evidentes y aportar luminosidad y jugosidad a la piel. ¡Ahí está la clave! Se trata de envejecer mejor, no de parecer una niña con 50 años.
Pues bien, Ángel Martín lo hace como nadie… Tiene el don de mirarte y, de un solo vistazo, saber lo que necesitas para quitarte unos añitos de encima sin perder la naturalidad.
Nada más arrancar el verano me puse en sus manos y no puedo estar más contenta. Con esto del coronavirus, el confinamiento y el teletrabajo llevaba un montón de meses sin hacerme ni una higiene facial. Mi piel estaba mustia, apagada y con más arrugas que de costumbre. El estrés y el agobio del último año me estaba pasando factura… ¡Y mi visita a Clínica Menorca borró de un plumazo todos estos males!
Así fue mi tratamiento
Seguro que os estáis preguntando qué tratamientos me hizo el Doctor. Os adelanto que no tardó más de 10 minutos y yo salí encantada. Para empezar me pinchó un par de viales de toxina botulínica en la frente y en las comúnmente denominadas “patas de gallo”. Después, me infiltró ácido hialurónico en los pómulos para devolverles el volumen perdido y, por último, me rellenó el surco nasogeniano (también con ácido hialurónico).
Tras el protocolo, Ángel me citó a los 15 días para valorar los resultados y realizar cualquier retoque que fuera necesario. Como imaginaréis, acudí puntualmente a mi cita (muy contenta con el resultado) y el Doctor hizo un par de correcciones en la zona de la frente y de los pómulos para que el resultado fuera impecable.
Resultados
Nada más realizar el procedimiento ya se aprecian los primeros resultados. El efecto del ácido hialurónico es prácticamente inmediato. Es cierto que va “asentándose” en los días posteriores, pero ya puedes hacerte una idea muy aproximada de los resultados. Notas cómo tus pómulos tienen más volumen y como el surco se rellena, aportando juventud a tu expresión.
La toxina botulínica va haciendo efecto progresivamente, pudiendo ver en aproximadamente 10 días el resultado final.
En estas imágenes podéis ver el antes y el después del procedimiento. Entre las primeras fotos y las segundas transcurrieron 15 días. A mí personalmente los resultados me parecen ideales a partir de la tercera semana. Me da la sensación de que en ese momento los productos ya están completamente “asentados” y el rostro se ve mucho más joven, pero con ese punto de naturalidad que yo siempre persigo.
Precio
Como es lógico, el precio de estos protocolos varía en función de los viales que se utilicen de cada producto y, por supuesto, de las necesidades específicas de cada rostro. Para que os hagáis a la idea, aproximadamente (insisto en que puede haber variaciones en el importe):
• Toxina botulínica en el tercio superior (frente y contorno de ojos): suele rondar los 300 euros.
• Ácido hialurónico en surco nasogeniano: suele rondar los 300/400 euros.
• Ácido hialurónico en pómulos: suele rondar los 400 euros.
Mi consejo: siempre, siempre, siempre… ponte en manos de un profesional acreditado y con experiencia. Yo siempre recomiendo al Dr. ángel Martín porque para mí es uno de los mejores (por eso me pongo en sus manos), pero en cualquier caso hay que asegurarse de estar en buenas manos. Ten en cuenta que se trata de tu rostro y que un paso en falso puede salirte muy caro tanto a nivel belleza como a nivel salud.
Mi opinión: soy súper partidaria de los “arreglitos” estéticos. Retoques sí, por supuesto, pero siempre con prudencia y persiguiendo la naturalidad. Más vale quedarse corta y volver a retocar, que pasarte y tener que estar unos meses con una cara con la que no te identificas ni te sientes cómoda.