Me han hecho la pedicura ¡¡¡unos peces!!!

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«Operación sandalias» con los peces Garra Rufa en MI CALLE DE NUEVA YORK


No sé vosotras, pero yo empiezo a estar hasta el gorro de la dichosa «Operación Bikini». Esto ni es operación ni es ná… Jolín, que entre pitos y flautas ya llevo «metida en el quirófano» algo más de dos meses y sólo he conseguido desprenderme de un kilo. ¡¡¡UN KILO!!!! Esto no es vida. Mi trasero sigue igual, pero se me está poniendo una cara de acelga…


Ayer me subí a la báscula y, claro, como era de esperar, me volví a coger un mosqueo que para qué os voy a contar… Total que decidí que había llegado el momento de cambiar de operación por un día y decidí centrarme en la «Operación Sandalias», que es mucho más agradecida…



Me encaminé a Mi Calle de Nueva York, uno de mis centros de belleza favoritos de Madrid. Cada vez que entro en este lugar, con esa decoración tan chic y ese trato tan exquisito, es como si me transformara en Jessica Parker. Es una sensación maravillosa. Tan delgada ella y tan glamourosa… Llamé a la puerta y me recibió Carla, la directora, y nada más verme se dio cuenta de que mi humor no acompañaba al precioso y soleado día que había amanecido en la capital. Le comenté mi intención de arreglarme los pies. «Tengo justo lo que necesitas», me dijo señalando a una especie de acuario lleno de pececitos. «No me vaciles, Carla, te he dicho que vengo a hacerme la pedicura», se me escapó. Pues resulta que no hablaba en broma. Parece ser que esas pequeñas criaturas son todo un descubrimiento.


Tengo que reconocer que me daba un no sé qué que qué se yo sumergir mis pies en la pecera y compartir mi espacio vital con esos pequeños animalitos que reciben el nombre de Garra Rufa. Esa es la verdad. Pero decidí no pensármelo de masiado, me lancé a la aventura y la experiencia fue maravillosa. Introduje los pinreles en el recipiente-spa y los pececillos se fueron aproximando. Bueno, bueno, bueno… ¡Qué sensación!


El tratamiento no resultó nada doloroso, al contrario, fue bastante placentero. Al principio sentí un leve cosquilleo y después fue como si me estuvieran realizando un masaje de lo más agradable, oye… Y lo mejor de todo, fue como se me quedaron los pies. De verdad. Tendríais que vérmelos. Este verano no seré la más espectacular de la piscina, pero mis pies van a causar sensación!!!


Os recomiendo que lo probéis. El tratamiento se llama Ictioterapia y consiste en dejar trabajar a los pequeños «Garra Rufa», cuya misión es comerse los tejidos muertos del cuerpo y ayudar a regenerar células nuevas en la piel, permitiendo así que las heridas se curen.



Según me explicó Carla, estos pequeños anfibios proceden de las cuencas de los ríos en Turquía, Siria, Irak e Irán sumergidos en agua a gran temperatura. Rondan los 5 cm de longitud y viven en aguas de hasta 40 grados.


Al parecer, se emplearon por primera vez en las aguas termales de Kangal, en la provincia turca de Sivás. Este tratamiento era prescrito para las personas que padecían psoriasis en los pies, una enfermedad dolorosa que mejoraba notablemente gracias a este revolucionario tratamiento. La Icioterapia se extendió rápidamente por Asia y fue acogida con éxito en balnearios y termas de China y Corea. En 2007 desembarcó en Japón, Singapur y Croacia obteniendo una gran aceptación.
Los peces «Garra Rufa» están protegidos por la Ley turca y únicamente está permitido mantenerlos en peceras especiales que regeneran automáticamente el agua, aportándoles la higiene y la temperatura elevada constante que poseen en su hábitat natural. En el caso de no tener este clima morirían. El único centro que ha respetado todos los requisitos para su mantenimiento es Mi Calle de Nueva York, convirtiéndose así en el distribuidor exclusivo de los peces Garra Rufa en España.


¡Ojo! Debéis tener cuidado con las imitaciones. Existen otros centros que proponen unos tratamientos parecidos a precios más económicos, pero no es oro todo lo que reluce. Hay quien trabaja con otros pececitos: los “Chin-chin” o “Doctor Fish”. Se trata de peces que no están protegidos por ninguna ley y que, a diferencia de los “Garra Rufa”, sí tienen dientes, por lo que pueden provocar daños en la dermis.


El “paso a paso” tratamiento Garra Rufa:


• Se elimina el maquillaje de las uñas para inspeccionar bien los pies, sobre todo si es la primera vez que acude al centro.
• Se examinaran los pies del cliente para comprobar que no tienen infecciones, tales como hongos o dermatomicosis.
• Se procede a desinfectar bien los pies.
• A continuación se introducen los pies en la pecera, un mueble con depuradora incorporada, que está diseñado a modo de Spa, donde el cliente puede sentarse cómodamente.
• Una vez introducidos los pies, los pequeños Garra Rufa comenzarán a acercarse. El cliente no deberá moverá para que estos puedan realizar bien su cometido.
• El tratamiento es muy agradable, al principio un cosquilleo que luego se convierte en un micro-masaje.
• Se recomienda una inmersión al menos de 30 minutos.
• Se secan bien los pies del cliente.
• Se examina su resultado y, si fuera necesario, se perfecciona el trabajo con una pala.
• A continuación se liman y esmaltan las uñas.


Precio del tratamiento Garra Rufa de una duración de 30 minutos: 38 € (sólo inmersión de los pies en la pecera).
Precio de la pedicura posterior al tratamiento Garra Rufa con maquillaje incluido: 15 € adicionales.


http://micalleny.com/

Periodista especializada en lifestyle. Siempre escribiendo sobre belleza, salud, tendencias y planes chulos.

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