Cómo fortalecer tu suelo pélvico para prevenir y tratar la incontinencia urinaria

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Hoy (14 de marzo) se celebra el Día Internacional de la Incontinencia Urinaria, una dolencia que afecta a 1 de cada 4 mujeres a partir de los 35 años. Se trata de un problema que muchas veces silenciamos cuando lo que deberíamos hacer es hablar de él abiertamente. ¡No es un motivo del que avergonzarse! Además, en la mayoría de los casos, puede tratarse.

La marca española enna, aliada del cuidado íntimo de la mujer, ha desarrollado dos productos eficaces para combatir la incontinencia urinaria reduciendo las ganas repentinas de orinar y fortaleciendo el suelo pélvico:

enna Urine: un complemento alimenticio en cápsulas para combatir la incontinencia urinaria de urgencia, aquella que se produce de una necesidad fuerte y repentina de orinar. (Precio: 43,95 €)

 

 

enna Pelvic Ball: esfera vaginal ovalada de fácil inserción que contiene en su interior una bola de acero inoxidable en forma de diamante irregular y hexagonal, que vibra intensamente y colisiona con las paredes internas de la esfera exterior, provocando que la musculatura del suelo pélvico reaccione y se contraiga de forma inmediata e involuntaria. Gracias a esta vibración, la esfera mejora el tono y la resistencia de la musculatura del suelo pélvico, aumentando la circulación sanguínea, la lubricación y reduciendo la incontinencia urinaria de esfuerzo. (Precio: 44,90 €)

 

 

Su uso puede combinarse con los ejercicios de Kegel, que se basan en contraer y relajar los músculos que controlan la micción. Ahora bien, es fundamental recurrir a expertos que te ayuden a realizarlos, ya que es imprescindible saber qué músculos hay que ejercitar y cómo hay que hacerlos para conseguir los resultados deseados.

 

Causas de la incontinencia urinaria

La incontinencia urinaria puede aparecer a cualquier edad y llega a afectar a 1 de cada 4 mujeres. El ciclo reproductivo de la mujer (embarazo, parto y menopausia) es una de las principales causas de la debilitación del suelo pélvico, lo que desemboca en una pérdida de la capacidad de control del esfínter de la uretra. Otras causas pueden ser:

-Deporte de alto impacto o saltos.

-Genética

-Cirugía ginecológica.

 

Tipos de incontinencia

Los dos tipos más comunes de incontinencia urinaria en mujeres son:

Incontinencia de esfuerzo

Este es el tipo de incontinencia más común. La incontinencia de esfuerzo se produce cuando hay presión sobre la vejiga y esta trabaja con esfuerzo. Se produce cuando los músculos debilitados del suelo pélvico ejercen presión sobre la vejiga y la uretra y las hacen trabajar más. Con la incontinencia de esfuerzo, los actos cotidianos que involucran a los músculos del suelo pélvico, como toser, estornudar o reír, pueden causar la pérdida de orina. Los movimientos repentinos y la actividad física también pueden causar pérdida de orina.

Incontinencia de urgencia

Con la incontinencia de urgencia la pérdida de orina se produce por lo general a raíz de una necesidad fuerte y repentina de orinar y antes de poder llegar al baño. Algunas mujeres con incontinencia de urgencia pueden llegar al baño a tiempo, pero sienten la necesidad de orinar más de ocho veces al día. Además, tampoco orinan mucho una vez que llegan al baño. La incontinencia de urgencia también es llamada “vejiga hiperactiva” y es más frecuente en las mujeres mayores. Puede suceder cuando no lo esperas, cuando duermes, después de beber agua o cuando escuchas o tocas el agua corrientes.

También se puede sufrir incontinencia mixta con la cual se pueden sentir síntomas de ambos tipos.

 

 

Cómo combatir la incontinencia urinaria

La buena noticia es que no debemos resignarnos a padecer incontinencia urinaria. En la mayoría de los casos puede tratarse. Hay fisioterapeutas especializados en el tratamiento del suelo pélvico que tratan este tipo de afecciones. Estos profesionales realizarán una valoración para determinar el tipo de tratamiento más adecuado, que dependerá del tipo de incontinencia. Existen tratamientos específicos y herramientas como los famosos ejercicios de Kegel y los hipopresivos, que contribuyen a mejorar el tono muscular del suelo pélvico.

Por otra parte, hay ingredientes activos que ayudan a mejorar la incontinencia, como los ácidos GABA (actúan como neurotransmisores e inhiben la contracción del músculo de la vejiga) y la vitamina B6 (contribuye al buen funcionamiento del sistema nervioso). También ayudan a fortalecer el suelo pélvico los ácidos  Omega 3 (DHA y EPA) y la Rutina (pigmentos naturales presentes en los vegetales) que protegen la degradación del colágeno de éste.

No obstante, no obstante, ejercitar el suelo pélvico es esencial para el control de la vejiga.

 

La importancia de un suelo pélvico fuerte

El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos en forma de hamaca que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior. Su función principal es sostener los órganos pélvicos (vejiga y uretra, útero y vagina; y recto) en la posición adecuada porque de ello depende su normal funcionamiento, aunque también asegura la continencia urinaria, ayudar a la etapa expulsiva del parto, y actúa junto con otros músculos en la estabilidad lumbar entre otras cosas, siendo fundamental también para la postura.

Es un músculo dinámico, no rígido, que se adapta al movimiento y a los cambios de postura, por eso muchas veces se daña sin que seamos conscientes. Siempre debe mantener una adecuada tensión.

Los trastornos del suelo pélvico solo se producen en mujeres y su frecuencia aumenta con la edad. Una musculatura débil provoca una pérdida de elasticidad y se debe a diferentes factores como: el embarazo, el parto, cuando alcanzas la menopausia, en la juventud también hace estragos, ya que algo tan normal como hacer deporte de alto impacto (zumba, correr, crossfit, etc) podría afectar. Además, hay más factores de riesgo como: la obesidad, la tos crónica y factores hereditarios entre otros, por eso es fundamental prevenir su deterioro.

Cuando el suelo pélvico se ha debilitado mucho aparecen:

  • Incontinencia urinaria.
  • Molestias.
  • Prolapsos (caída de los órganos mencionados anteriormente).
  • Dolor lumbar y de espalda.
  • Disfunciones sexuales (sequedad vaginal y dificultad a la hora de mantener relaciones sexuales).

 

¿A qué esperas para trabajar tu suelo pélvico? Tengas o no tengas pérdidas de orina, es fundamental que fortalezcas esta zona por el bien de tu salud. ¡Lo agradecerás!

Periodista especializada en lifestyle. Siempre escribiendo sobre belleza, salud, tendencias y planes chulos.

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